San Juan Pablo II

Me dirijo sobre todo a vosotros, queridísimos chicos y chicas, jóvenes y menos jóvenes, que os halláis en el momento decisivo de vuestra elección. Quisiera encontrarme con cada uno de vosotros personalmente, llamaros por vuestro nombre, hablaros de corazón a corazón de cosas extremadamente importantes, no sólo para vosotros individualmente, sino para la humanidad entera.


Quisiera preguntaros a cada uno de vosotros: ¿Qué vas a hacer de tu vida? ¿Cuáles son tus proyectos? ¿Has pensado alguna vez en entregar tu existencia totalmente a Cristo? ¿Crees que pueda haber algo más grande que llevar a Jesús a los hombres y los hombres a Jesús?

San Juan Pablo II; Roma (Italia), 13-V-1984.

Vocación. Llamada. Fidelidad.

Porque los dones y la vocación de Dios son irrevocables.

Romanos 11,29

Santa María. San Alfonso María de Ligorio

Si mi corazón es indigno de amarte por estar lleno de afectos terrenales, cámbiamelo, que en tu mano está el hacerlo. Y luego úneme a mi Dios de tal manera que no pueda separarme de su amor. Esto quieres de mí, que ame a tu Dios; y lo mismo pido de ti, que yo le ame y le ame siempre, que nada más deseo. Amén.

San Alfonso María de Ligorio. Las glorias de María.

Santa Teresa de Jesús.

«Como es tanta la penuria de los tiempos que hoy pasamos, requiere Dios amigos fuertes para sustentar a los flacos».

San Agustín

Deseaba y ansiaba la liberación; sin embargo, seguía atado al suelo, no por cadenas exteriores, sino por los hierros de mi propia voluntad. El Enemigo se había posesionado de mi voluntad y la había convertido en una cadena que me impedía todo movimiento, porque de la perversión de la voluntad había nacido la lujuria y de la lujuria la costumbre y, la costumbre a la que yo no había resistido, había creado en mí una especie de necesidad cuyos eslabones, unidos unos a otros, me mantenían en cruel esclavitud. Y ya no tenía la excusa de dilatar mi entrega a Ti alegando que aún no había descubierto plenamente tu verdad, porque ahora ya la conocía y, sin embargo, seguía encadenado … Nada podía responderte cuando me decías: ‘Levántate del sueño y resucita de los muertos y Cristo te iluminará . . . Nada podía responderte, repito, a pesar de que estaba ya convencido de la verdad de la fe, sino palabras vanas y perezosas. Así pues, te decía: ‘Lo haré pronto, poco a poco; dame más tiempo. Pero ese ‘pronto’ no llegaba nunca, las dilaciones se prolongaban, y el ‘poco tiempo’ se convertía en mucho tiempo

Santa Teresita del Niño Jesús.

«…sin este amor, los misioneros dejarán de anunciar el Evangelio, los mártires de entregar su vida… Por fin he descubierto mi vocación: en el corazón de la Iglesia, mi madre, ¡yo seré el amor!»

Santa Teresita

Oración.

Enemigos reales de tu oración: la imaginación, la loca de la casa que te turba y distrae con sus vuelos y con sus piruetas; tus sentidos despiertos y poco mortificados; la falta de preparación remota si quieres llamarla de modo distinto, llámala disipación- por lo cual te encuentras tan lejos de Dios nuestro Señor cuando empiezas tu oración; tu corazón poco mortificado , poco purificado, poco desligado de las cosas de la tierra, que mancha de fango las alas de tu alma y te impide elevarte hacia una mayor intimidad con Dios, la falta de esfuerzo y de auténtico interés, por tu parte, en los momentos en que te quedas cara a cara con el Señor.

Salvador Canals. Ascética Meditada.

Santa Teresa de Jesús. Recomenzar.

… Que el Señor da siempre oportunidad, si queremos.

Santa Teresa; libro de la Vida.

San Josemaría. Forja

FORJA511

¿Minucias y nimiedades a las que nada debo, de las que nada espero, ocupan mi atención más que mi Dios? ¿Con quién estoy, cuando no estoy con Dios?

San Josemaría Escrivá de Balaguer. Forja n° 511

San Francisco de Sales. Perseverancia

Porque realmente tenemos una gran ventaja para salir siempre vencedores en esta guerra: saber que no necesitamos más que querer pelear.

San Francisco de Sales (Introducción a la vida devota).